“QUIERO QUE ADRIÁN TENGA UNA VIDA COMO LA DE CUALQUIER PERSONA”
Hablamos con Andrea Cantero, mamá de Adrián, de dos años y medio, y socia de nuestra entidad. Andrea asiste al grupo de familias con hijos/as de 0 a 3 años junto a su marido y nos habla de su experiencia como mamá de un peque con SD, de cómo fue la acogida en la entidad y en qué le ayuda este grupo en el que se reúne con otras familias en su misma situación.
¿cuándo supiste que adrián tenía síndrome de down?
Al día siguiente de nacer. Yo tuve mellizos, uno con síndrome de Down y otro sin. Fue un embarazo de riesgo, complicado y con ecografías semanales… No salía nada y al día siguiente de nacer, a su hermana se llevaron a la incubadora y él se quedó conmigo. De repente aparecieron los médicos y no lo tenían claro al principio, pero luego sí y de ahí estuvo en la incubadora varias semanas.
¿en qué momento contactaste con nuestra entidad y cómo fue la acogida?
Nacieron en octubre y nos fuimos del hospital con el teléfono de la Asociación. Llamamos en Navidad, no nos atrevíamos y mira que vivimos al lado. A principios de enero vinimos.
¿y cómo vivisteis esa primera acogida en la entidad?
Yo con miedo, casi como si fuera a pasar un examen. Examen de madre, ¿lo estaré haciendo bien?
Estuvimos con Edurne, nos contó muchas cosas y me enteré de la mitad (risas). Claro, yo venía con mi cacao en la cabeza y me quedé con lo que más con “es normal que hayas tenido rechazos”, “todo lo que sentiste es normal”. Y la verdad es que me vino muy bien porque yo pensaba que me los habían cambiado.
Al principio no lo llevaba bien y luego ya bien poco a poco.
Sí que al principio me costó entrar en el grupo de bebés. Yo aquí vengo a hacer amigos, a conocer personas en la misma situación y casi por así decirlo la futura cuadrilla de Adrián. Y este curso empezó bien y súper a gusto.
¿Y cómo fueron esos primeros meses antes de venir a nuestra entidad?
Pues el primer mes lo pasamos en el hospital y después en casa es que no te da tiempo a pensar. A cuidarle como cualquier otro bebé. Pero es que yo no me lo acababa de creer porque de bebé no se le notaba nada, solo que tenía los tobillos muy blanditos. Así que yo pensaba: se han equivocado…
¿qué valoración tienes de los apoyos que te ha prestado la entidad en todo este tiempo?
La parte del grupo me encanta. Hemos empezado a contactar con algunas familias y quedamos fuera de aquí. Eso es positivo porque es lo que buscábamos. Y bueno, cada vez quiero más.
También es verdad que cuando empezamos nos tocó una época mala, de final de pandemia, que se hacían menos cosas, veníamos con las mascarillas…
acudes al grupo de familias con hijos/as de 0-3 años, ¿qué te aporta asistir a este espacio?¿qué aprendizajes estás adquiriendo?
Pues mira más que para el síndrome de Down en concreto, me está ayudando para ser madre en general.
El ratico de reflexionar un rato de mí, de cómo llevo la maternidad, cómo la llevo en pareja, que es lo que nos ha costado mucho encajarlo, el no ser solo padres… Es un rato para pensar.
Nos viene bien para hablar un rato y compartir con otras familias.
como mamá de un peque con síndrome de down, ¿cómo afrontas el futuro?
Mi fantasía es que viva en un piso de forma independiente. En la comida de Navidad de la Asociación conocí a una familia socia y me contaron que su hija vive sola en un piso, va a comer los fines de semana y que es súper autónoma.
Y dije, yo quiero eso para Adrián. Que tenga una vida normal, como cualquier persona.
¿qué le dirías a una familia que sabe que va a tener un bebé con síndrome de down?
Que se llora mucho y a la vez te ríes un montón porque cada cosa que hace es un logro. Y creo que es muy importante hablar, no guardármelo porque si no se convierte en bola.
A nosotros nos costó mucho empezar a hablar entre nosotros de esos primeros rechazos que tuvimos. No nos atrevíamos a hablar entre nosotros ni siquiera. “¡Cómo he podido rechazar yo a mi bebé!”. El llorar juntos que es algo que no habíamos hecho nunca…
Luego hemos tenido muchos ingresos y hemos tenido muchas pataletas para poder organizarnos. Eso lo pone muy difícil…
Ahora estoy en la parte bonita, Adrián está algo mayor y empieza el cole en septiembre.