Motxila21 ha elegido Italia para su segunda gira musical en el extranjero. Del 5 al 12 de agosto, la banda ha disfrutado de unos merecidos días de vacaciones, turismo y música. Hasta Roma viajaron en avión con sus instrumentos, sus mochilas y sus ganas de divertirse, compartiendo juntos días de piscina, paseos turísticos, haciendo nuevos amigos y dando buenos conciertos. Han estado acompañados por su director de cine de cabecera: Iñaki Alforja. Las imágenes de este viaje servirán para editar un video clip y un nuevo documental sobre la banda.
En la primera parada musical fueron invitados, junto al cantante navarro Tonino Caratone, para cerrar el XXIX Festival «A Tutta Birra» en la localidad toscana de San Quirico di Sorano: tres días de fiesta con importantes actuaciones musicales, mercadillo solidario, bingo y stands gastronómicos con los platos típicos de la región. Asociaciones de discapacidad de la zona colocaron sus puestos de venta y sus miembros se interesaron por la experiencia musical de la banda. Un interesante intercambio de experiencias: » Oltre venti artisti che stanno girando l’Europa, quella di San Quirico di Sorano sarà la prima data italiana di questo straordinario tour, dimostrando come la musica, l’arte siano in grado di abbattere qualsiasi barriera sociale, facendosi portavoce di integrazione e di superamento di qualunque diversità.el de San Quirico di Sorano es la primera fecha italiana para esta gira extraordinaria -explicó el presentador- demostrando cómo la música y el arte pueden romper las barreras sociales, convirtiéndose en portavoz de la integración y la superación de cualquier diversidad». La banda quiso agradecer la gran acogida y el afectuoso recibimiento del público y la organización del festival con el estreno de una versión de la bellísima canción italiana «Guarda Che Luna».
Los días pasan rápidamente y la banda no tiene tiempo que perder así que el segundo día de su estancia se fueron todos a visitar el restaurante «La Locanda Dei Girasoli» , una acogedora pizzería atendida por jóvenes con Síndrome de Down, el proyecto de un pequeño grupo de familias romanas que imaginaron un futuro autónomo para sus hijos. Precisamente, uno de los miembros de la banda, Diego Arzoz, trabaja también en una pizzería en Pamplona. No perdió detalle de sus compañeros italianos.
Mientras se cerraban los preparativos del segundo concierto de la gira para el jueves 10 de agosto en la localidad de Genzano, una pequeña ciudad de 23.000 habitantes a 29 km de Roma, los miembros de la banda se dedicaron a combatir el calor en la piscina de su hotel, pasear por las bellísimas plazas de de Roma degustando pizzas, helados, capuchinos, visitando las fuentes y los monumentos más emblemáticos de la ciudad.
El original Jardín Botánico Comunal de la ciudad de Genzano fue el escenario de un concierto especial por el paisaje: un rústico jardín, creado con la fantasía y la colaboración de personas con problemas psiquiátricos, un proyecto que nació para ofrecer «un espacio que pudiera dar paso a la creatividad y que pudiera convertirse en un lugar de integración real con la ciudadanía y las diferentes realidades que se mueven en el campo de la incomodidad y la creatividad».
El escenario decorado con ramas de árboles, los asientos escavados alrededor de un inmenso árbol, el rincón de un horno de leña para alojar el equipo de sonido y al fondo un inmenso lago. Con este bellísimo entorno la música de la banda sonó como nunca, sus canciones tuvieron que escucharse por todo el valle.
La Piazza di Cosimato del Trastevere romano fue el escenario del tercer y último concierto de los Motxila. Un concierto urbano improvisado junto a un antiguo mercado decorado con grafitis. A pie de calle, rodeados de gente que volvían a sus casas, otros paseaban y se paraban a escuchar, sorprendidos por la peculiar banda. Hicieron fotos, bailaron, aplaudieron e incluso una mujer del público aceptó la invitación de acercarse al micrófono para cantar con ellos en italiano. Porque como bien dijo un espectador: «Yo no entiendo vuestro idioma pero la música no necesita de la palabra para ser comprendida».
La despedida musical llegó con una versión de la banda musical de la película «La vida es un milagro» del serbio Emir Kusturica interpretado por la soprano Olaia Lamata y Andoni Zilbeti en el coro. Un tema espectacular que puso el broche final a la aventura italiana de Motxila21.