CERMIN reclama estrategias adecuadas contra el “gran mal” de la soledad que “devasta a las personas con discapacidad”

Ayer, Borja Ortiz fue una de las personas que leyó el manifiesto realizado por el CERMI Navarra – Nafarroa con motivo del Día Internacional y Europeo de las personas con Discapacidad.

El Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Navarra (CERMIN) ha celebrado este miércoles el Día internacional y Europeo de las personas con discapacidad en el auditorio de CIVICAN en Pamplona, donde ha reclamado el impulso de estrategias adecuadas que sirvan para mitigar el “gran mal del aislamiento social, que devasta a las personas con discapacidad”.

El acto ha sido inaugurado por Mariluz Sanz, presidenta de CERMIN, Unai Hualde, presidente del Parlamento de Navarra y Cristina Rubio, en representación de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas (ANADP) del Gobierno de Navarra.

Mariluz Sanz ha destacado que desde el movimiento asociativo de la discapacidad “trabaja por disminuir las situaciones de aislamiento social y soledad de las personas con discapacidad y sus familias” e insta a las instituciones públicas a llevar a cabo una estrategia para luchar en contra de la exclusión social derivada de la soledad no deseada que viven las personas con discapacidad.

Posteriormente, se ha dado paso a la lectura del Manifiesto por parte de Gema Aguado, Itsaso Artazcoz, Borja Ortiz e Iñaki Urrutia, personas con discapacidad pertenecientes a la red del movimiento asociativo CERMIN. En la línea de años anteriores, CERMIN se ha sumado al manifiesto que el CERMI Estatal y la Fundación CERMI Mujeres publicaron con motivo del Día Internacional y Europeo de las Personas con Discapacidad (3 de diciembre), cuyo lema este año es ‘SOS soledad, yo también cuento’, con el que alerta de que “la soledad no deseada es una de las lacras de las sociedades llamadas a sí mismas avanzadas. Las mujeres y hombres con discapacidad se enfrenten en su día a día a situaciones de aislamiento social, de separación de la vida en comunidad, que provocan mayores dosis de soledad forzosa”.

La falta de accesibilidad de entornos, productos y servicios; la imposibilidad o la dificultad extrema de ejercer los derechos fundamentales; la inactividad obligada; la ausencia extendida de apoyos para una autonomía personal efectiva; residir en medios con escasez de recursos por la deficiente y no equitativa distribución de los mismos, como es el rural, y la pervivencia en el imaginario social de actitudes reticentes y negativas sobre el valor de las personas con discapacidad son algunas de las causas que producen y agravan las situaciones de soledad no querida entre las personas con discapacidad.

Entre las personas con discapacidad, quienes sufren mayor riesgo de vivir soledad son las personas mayores; la infancia víctima de  violencia; las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo; con problemas de salud mental; con discapacidades sobrevenidas en la vida adulta o en la edad avanzada, y en general, aquellas con grandes necesidades de apoyos